El pasado viernes 17 de Julio a las 20:00 horas, celebramos en la Concatedral de La Redonda una Misa por nuestro prior Don Alejandro Sáez.
Os dejamos aquí las palabras que en su recuerdo se leyeron al comienzo de la celebración.
"Buenas tardes queridos familiares y amigos de Don Alejandro y bienvenidos a esta celebración en la que vamos a recordarle y a rezar por él.
Natural de Uruñuela, fue ordenado sacerdote en 1959. Sus primeros destinos fueron parroquias de diferentes pueblos de La Rioja. Posteriormente fue nombrado capellán para la emigración en Alemania, donde estuvo más de 20 años. A su regreso estuvo en diferentes parroquias de Logroño y fue canónigo y párroco de esta Concatedral y Parroquia de Santa María de La Redonda y Prior de la Cofradía de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad.
Nos dejó D. Alejandro un día de abril como él solía hacer las cosas, sin ruidos, sin molestar a nadie, con esa humildad que inundaba todos sus actos. Nos ha dejado huérfanos a todos los cofrades de la Soledad. Nuestro prior durante tantos años había fallecido... ¡Cómo echaremos en falta su sabiduría y sus consejos, su calma y su trabajo por esta cofradía! Su huella es profunda en todos los cofrades, pero se ha ido demasiado pronto. Ya no podremos conseguir cantar la salve como Dios manda, sin decir inconscientemente, alguna barbaridad en nuestro terrible Latín. Extrañaremos su ausencia en nuestras celebraciones y procesiones...
Gran devoto de la Virgen María en sus diferentes advocaciones: la Virgen del Patrocinio, de Uruñuela -su pueblo- y la Virgen de la Soledad, que hoy preside esta celebración. Él se encargó de avivar en todos los cofrades el cariño y la devoción a nuestra Madre de la Soledad. Perdonó nuestras debilidades y atendió como el gran sacerdote que fue las necesidades espirituales y personales de sus feligreses y cofrades.
En la Cofradía y en todos los lugares donde prestó sus servicios sacerdotales lo recordaremos siempre con gran cariño gracias a su talante sencillo, cercano, cariñoso, dialogante, conciliador, cabal, prudente, ecuánime, ejemplar y con mucho sentido del humor... Un buen sacerdote, una buena persona, un gran cofrade...
Sabemos que Ella, nuestra Madre Buena La Virgen de la Soledad, ya lo tiene bajo su manto y desde ahí, seguirá cuidando de todos nosotros y guiando los pasos de ésta que será siempre su Cofradía.
Que el Señor le premie todos sus desvelos pastorales en las distintas parroquias y cargos en los que ha servido, a imagen del Buen Pastor, a lo largo de su dilatado ministerio sacerdotal.
Estamos seguros de que la Virgen María, Nuestra Madre de la Soledad ya lo habrá acompañado a la presencia de su Hijo Jesucristo y así estará gozando para siempre de la presencia del Señor.
¡Gracias Don Alejandro, por todo y por tanto! Descansa en la Paz del Señor, hermano."
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